Problemas frecuentes en nuestras plantas

Las plantas de nuestro hogar y jardín a veces presentan imperfecciones que les restan belleza y no sabemos a qué se debe y por lo tanto no sabemos cómo actuar. Pues bien, con esta pequeña lista podréis aprender a identificar el problema y os ayudará a tratarlo en muchos casos.

Hojas amarillas:

Puede deberse a falta o exceso de agua, con lo cual valoraremos el estado del sustrato y si está muy seco bastará con regar más a menudo y si por el contrario está muy húmedo dejaremos secar el sustrato y reduciremos la frecuencia del riego.

Manchas por hongos:

Son manchas rojizas o amarillentas ovaladas que aparecen con el exceso de riego, ya que propicia la aparición de determinados hongos. En principio reduciendo el riego no tendrían porqué aparecer más.

Puntas de las hojas secas:

Esto puede ocurrir si el ambiente en que están nuestras plantas es demasiado seco y también porque las hojas rozan con algo, por ejemplo la pared o con nosotros mismos si las tenemos es un lugar de paso frecuente.

Cicatrices grises:

Son causadas por thrips, unos insectos muy pequeños que se alimentan de los fluidos de la planta y que suelen estar alojados en el envés de las hojas y axilas de las hojas (parte que une la hoja al tallo, donde suelen estar las yemas). Si ocurre esto habrá que humedecer las hojas por sus dos caras. En caso de ser muy abundantes consultar en un centro de jardinería donde os recomendarán un específico.

Cochinilla algodonosa:

Estos animalitos que parecen bolitas de algodón muy pequeñas, de ahí su nombre, crean decoloraciones en la planta y un aspecto antiestético. Aparecen en los tallos y el envés de las hojas. Ante este problema lo mejor es con un trapo mojado en alcohol de quemar limpiar todas las zonas afectadas.

Araña roja:

Este tipo de ácaro aparece también con la sequedad ambiental y el calor por lo que si humedecemos las hojas por ambas caras y mantenemos el ambiente más húmedo debería remitir el problema.

Falta de potasio:

Se manifiesta en forma de manchas muy pequeñas y abundantes en las hojas más viejas. En una fase más avanzada se desecan también las puntas de las hojas. Para evitar esto se debe mantener el sustrato en buenas condiciones (para evitar desequilibrios por exceso de nitrógeno) y abonar periódicamente.