Un árbol más grande supone una mayor vibración |
Estamos continuamente rodeados de árboles. Los podemos encontrar en cualquier parte, jardines, caminos, huertos, bosques...pero, ¿os habéis parado a pensar lo que realmente significan éstos hermosos seres?
En todas las culturas los árboles están venerados. Son símbolo de fortaleza, protección, sabiduría, incluso se les han atribuido poderes mágicos. Son el sustento de muchos animales, hogar de otros, nos brindan sus frutos, su madera y limpian el aire que respiramos entre otras muchas cosas. Además se ha demostrado científicamente que abrazándolos o estando en un entorno lleno de árboles, nuestra salud mental y física mejora. Ésto es debido a las vibraciones que emiten y que influyen en nosotros, transmitiéndonos su energía que es siempre positiva.
Podemos captar esta energía con un simple paseo por el campo o el bosque, o también podemos elegir un árbol grande y robusto que nos guste, acercarnos a él y abrazarlo. Os proponemos entonces un sencillo ejercicio:
Evádete de todo, siente su corteza, sus heridas, concéntrate en notar su vibración, relájate bajo su copa protectora notando como se desdibujan los límites de tu cuerpo. Siente la calma, la serenidad, empápate de su longevidad y de su experiencia y fúndete con él hallando la paz.
En todas las culturas los árboles están venerados. Son símbolo de fortaleza, protección, sabiduría, incluso se les han atribuido poderes mágicos. Son el sustento de muchos animales, hogar de otros, nos brindan sus frutos, su madera y limpian el aire que respiramos entre otras muchas cosas. Además se ha demostrado científicamente que abrazándolos o estando en un entorno lleno de árboles, nuestra salud mental y física mejora. Ésto es debido a las vibraciones que emiten y que influyen en nosotros, transmitiéndonos su energía que es siempre positiva.
Podemos captar esta energía con un simple paseo por el campo o el bosque, o también podemos elegir un árbol grande y robusto que nos guste, acercarnos a él y abrazarlo. Os proponemos entonces un sencillo ejercicio:
Evádete de todo, siente su corteza, sus heridas, concéntrate en notar su vibración, relájate bajo su copa protectora notando como se desdibujan los límites de tu cuerpo. Siente la calma, la serenidad, empápate de su longevidad y de su experiencia y fúndete con él hallando la paz.
Os aseguramos que notaréis los efectos y os iréis a casa relajados por completo y con una gran sensación de bienestar.
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